Las características naturales (orografía, clima, etc.) junto con las sociológicas (pequeños municipios) han dado como resultado una gran variedad agropecuaria que ha fomentado una gastronomía tradicional propia y de gran calidad. Este recurso ha significado una gran ventaja competitiva como elemento añadido a la oferta global del destino, potenciando su imagen y posicionamiento. Las tendencias turísticas actuales confieren a estos recursos la capacidad de constituirse como atractivo en sí mismo con el auge del turismo gastronómico. En este sentido se han llevado a cabo iniciativas para articular experiencias turísticas en torno a los productos locales de referencia de la zona, como el enoturismo y el oleoturismo.